[••• = en español. Traducción de Montserrat Martínez García revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow.]

Aunque terminó por rebelarse contra ella, la educación calvinista de Carlyle puede justificar el pesimismo (y el desaliento ocasional) que caracterizó tanto su vida personal como el gran volumen de su producción literaria. Partes de Sartor Resartus recuerdan los aterradores sermones (pensamos por ejemplo en el famoso sermón de Jonathan Edwards, “Pecadores en manos de un Dios iracundo”) que los grandes predicadores calvinistas de mucho antes de una generación habían compuesto. Carlyle era muy culto y tenía afinidad por los idiomas (a finales de su vida, sabía francés, latín, griego, alemán, italiano, español y danés) y su prosa densa y difícil es extremadamente alusiva. Utiliza consistentemente la Biblia y con frecuencia (aunque a menudo irónica o escépticamente) invoca las obras de diversos filósofos continentales como Rousseau y Voltaire, pero con mayor asiduidad sus referencias van dirigidas a las obras de los grandes filósofos y poetas del Renacimiento alemán: Kant, Hegel, Novalis, Goethe, Fichte, Schelling, Schlegel, Richter. Sus sensibilidades poéticas fueron demasiado estrechas como para que pudiera sentir un cierto parentesco con o influencia de los grandes románticos ingleses.

En un sentido, fue un refugiado de la Ilustración que bebió de los grandes autores y poetas ingleses del siglo XVIII. ¿De quién era (Whose work), por ejemplo, el trabajo que tenía en mente cuando sugirió en “Cartismo” que “Ha llegado el momento de que la población irlandesa o bien mejore un poco, o bien deba ser exterminada”? ¿Con qué gran poeta del siglo XVIII hizo una serie de referencias más o menos manifiestas en “Signos de los tiempos” (texto) y con qué obra de ese mismo autor pretende que se asemeje su propio ensayo? ¿En qué modos, en el mismo texto, es su descripción de la relación dialéctica entre las dos fuerzas opuestas de la mecanicidad y el dinamismo, similar o disimilar del retrato de Blake de los estados antagónicos de la Inocencia y la Experiencia?

Sin embargo, Carlyle se inspiró enormemente en las vidas de varias figuras históricas que trazó a la medida para que encajaran en su punto de vista. Durante toda su vida, tendió a ver lo que quería ver en los hombres, la religión, la filosofía y la historia. ¿Qué tenían en común sus héroes, hombres como Dante, Shakespeare, Lutero, Knox, •••Johnson, Burns, •••Cromwell, Napoleón, y Federico el grande?

Carlyle ejerció una influencia vastísima en su época. En primer lugar, sirvió como ejemplo influenciable de una persona seria que había perdido su creencia religiosa convencional y sin embargo, encontrado un modo de rescatar los fragmentos de tal credo. En segundo lugar, contribuyó mucho en el despertar de la conciencia social de sus contemporáneos y en evitar que ignoraran los costes del cambio industrial y urbano moderno. Tercero, demostró, mediante su propio ejemplo, la seriedad y relevancia de la literatura dentro de la existencia contemporánea. Cuarto, en una época que glorificaba la obra ética, aportó a muchos un nuevo sentido del significado de la existencia y una creencia no sólo en la necesidad, sino en la dignidad esencial de su trabajo. En obras como Sartor Resartus, su influencia sobre el pensamiento de su tiempo fue incalculable. Ruskin, Arnold, George Eliot, Dickens, Lawrence, y tantos otros adquirieron no sólo posturas y técnicas literarias, sino también modos prácticos de supervivencia intelectual y espiritual de Carlyle, uno de los primeros de los grandes profetas victorianos (Victorian sages).


Modificado por última vez el 12 de marzo de 2005