[Traducción de Susana Sánchez Renieblas revisada por Asun L�pez-Varela revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow.]

En el prefacio de su obra El Renacimiento The Renaissance, Walter Pater esboza el papel de la crítica estética. Las mismas leyes naturales que aplica a «la hierba, el vino, a una piedra preciosa», las aplica al arte. La crítica puede actuar como un científico en su análisis de belleza (p.2). Un autor como este, tiene tres objetivos principales: reducir el arte al elemento más básico de producción de sensación, analizar esos elementos sacándoles del contexto del trabajo, y finalmente presentar sus descubrimientos al lector de una forma accesible y clara. El crítico que obedece las reglas de Pater capta la belleza a través de definiciones concretas y las lanza a la esfera de lo abstracto.

La crítica estética, estima por tanto, todos los objetos con los que tiene que ver, todas las obras de arte, y las formas más justas de la naturaleza y de la vida humana, como energías y fuerzas que producen sensaciones de placer, cada una de ellas de una manera más o menos peculiar o de un modo único. La influencia que siente es lo que desea explicar a través del análisis y la reducción de sus elementos. Para él, un cuadro, un paisaje, la personalidad comprometida en la vida o en los libros, la Gioconda, las colinas de Carrara, Pico della Mirandolla, han de valorarse por sus virtudes, al igual que, como hemos mencionado, lo haría de una hierba, un vino o una piedra preciosa; por la propiedad que cada uno tiene de afectar de una manera única y placentera. Nuestra educación se completa, de esta forma, en proporción a nuestra susceptibilidad a esas impresiones y su aumento en profundidad y variedad. La función de la crítica estética es la de distinguir, analizar, y separar de sus accesorios la virtud, por la que un cuadro, un paisaje, una justa personalidad en la vida o en un libro, produce esta especial impresión de belleza o placer, para indicar qué fuente de esa impresión es, y bajo qué condiciones se experimenta. Su final se alcanza cuando se logra dejar escapar esta virtud, y se destaca, como lo haría un científico, alguno de sus elementos naturales. La regla para aquellos que podrían alcanzar ese final, era mantenerse con gran exactitud, en palabras de un crítico reciente, Sainte-Beuve: «De se borner a connaitre de pres les belles choses, et a s'en nourrir en exquis amateurs, en humanistes accomplis.»

Preguntas

¿Qué técnicas usa Pater en este pasaje que reflejan su argumento de un acercamiento científico a la crítica? ¿Existen palabras concretas, o construcciones de frases que parecen especialmente científicas?

¿Sigue Pater sus propias reglas cuando analiza La Mona Lisa de Leonardo Da Vinci? ¿Lo hace Ruskin en su crítica a Turner?

¿Puede la «crítica científica» de Pater acercarse para ser aplicada a la crítica social y cultural? ¿Sigue Wolfe, Didion, Carlyle o Thoreau, alguno de sus consejos?

Referencias

Texto del «Prefacio».


Autores Walter Pater

Modificado por última vez el 6 de enero 2008; traducido 6 de enero de 2011