[Traducción de Xiana Sotelo revisada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow.]

Empatizar con Isabel es simpatizar con la representación en sus diferentes formas. Incapaz de participar en la vida de clase media en virtud de su identidad aristocrática, caracterizada como una mujer extremadamente sensible, en la última mitad de la novela Isabel se identifica con los espectadores en toda la intensidad y el sufrimiento por el valor de la vida. Se consigue que haya simpatía (sympathy) con Isabel a través del mecanismo de identificación con los lectores como condición para poder mirar a través de sus ojos; y así, Isabel se convierte a la vez en espectadora y en espectáculo. Para Wood, la compasión de los espectadores es una condición primera. La compasión de Isabel se identifica con un espectador que se refleja en ella ya que de esto depende la identificación con las representaciones que ella anhela y ansía. Desde varios puntos de vista, la historia de Isabel registra su caída social como una caída en la representación: como una creciente participación en el espectáculo, reflexión, proyección, disimulo y farsa. Identificarse con Isabel es identificarse con su propio espectáculo: aquellos que ve, aquellos que usa, y aquellos en los que ella se aparece. Por otro lado, significa también identificarse con una identidad que la novela denomina de clase media, y en la que imágenes de las distintas identidades de clase chocan las unas contra las otras. Como una aristócrata fallida, y en particular como una mujer decadente, Isabel-disfrazada emerge como una figura paradigmática para la identidad fracturada de la clase media, una imagen que capta la tensión entre las grandezas y las miserias, entre naturaleza y artificialidad, a través de las cuales se constituye esta identidad. Desvelándose la compasión como el melodrama del espectador/a, East Lynne [N. de T.: Lynne Oriental] ejemplifica este proceso de empatía necesaria por parte de los espectadores para poder entender como se construye la identidad de clase media

A menudo se ha señalado que el uso que hace Wood del dinamismo en las escenas y en los espectadores, tiene claras afinidades con el melodrama. Pero esa conexión no aclara la importancia que los espectadores tenían para Wood, recurrente tanto en la novela popular como el melodrama, en los cuales se reflexiona y se reproduce el aumento de la experiencia visual de los espectadores, cambio que tuvo lugar en los años sesenta del siglo XIX. Para describir las escenas, Isabel se imagina a sí misma como una fantasmagoría, igual que lo hace Wood, quien siempre imagina al espectador/a en su mente: siempre buscando incluir los espectadores en su visión subjetiva. Tal y como E. Ann Kaplan apunta, East Lynne demuestra la manera en la que la novela popular [N. de T. “está influenciada por la cultura visual y el espectáculo, revelando a su vez como la cultura transforma la manera en la que las personas perciben y desean” [“affected by the culture of spectacle, revealing in turn the way that culture transform [s] the subject�s way of perceiving and desiring”].

Sin embargo, y tal como ocurre en Canción de navidad (A Christmas Carol), las formas visuales y de espectáculo de la representación cultural no solo no crean sino que refuerzan los valores culturales ya existentes. La visualidad de East Lynne amplifica la espectacular función de la mujer victoriana de clase media, para quien los detalles visibles son indicativos del estatus y del valor social; en gran medida, la novela funciona como una fantasmagoría femenina, un retrato donde las mujeres perfeccionan su habilidad para distinguir el buen espectáculo femenino del malo y evaluar las imágenes de otras mujeres. Isabel encarna las tensiones contradictorias de una identidad femenina de la clase media victoriana que era, de modo creciente y preeminente a mediados del siglo XIX, una forma de mantener las apariencias: lo importante era poder demostrar con pruebas visibles pertenecer al estatus de clase media. Por ejemplo, la empatía en la representación describe con exactitud la actividad de Bárbara al mismo tiempo que ésta observa e imita la manipulación de los códigos sociales. A pesar de la aparente función de Isabel cómo un modelo negativo, es, tal y como apunta Jeanne B.Elliot, una auténtica señora (pp.100-102).

Referencias bibliográficas

Jaffe, Audrey. Scenes of Sympathy: Identity and Representation in Victorian Fiction. London and Ithaca: Cornell University Press, 2000. [reseña de libros por Philip V. Allingham]


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Modificado 28 June 2008; traducido diciembre 2009