[Traducción de Laura Frutos revisada y editada por Ana González-Rivas Fernández. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow. *** = disponible sólo en Inglés]

El reto de Romney en el libro II define el objetivo de Aurora de la siguiente manera:

...Women as you are
Mere women, personal and passionate,
You give us doting mothers, and perfect wives,
Sublime Madonnas and enduring saints!
We get no Christ from you — and verily
We shall not get a poet, in my mind. [II, 222-25]

Para alcanzar el rango de “poeta”, Aurora necesita llegar a ser capaz de "widening a large lap of life to hold the world-full woe." (II, 188-9). A lo largo del desarrollo de la novela, Aurora intenta reconciliar su feminidad con sus aspiraciones artísticas. Pero en ambos casos se le niega la realización emocional: por un parte, Aurora se niega a aceptar su papel como esposa obediente, ya que hacerlo significaría renunciar a la independencia intelectual que necesita para desarrollarse como artista; sin embargo, en ese caso también tendría que prescindir del amor de un esposo. En el libro V, Aurora menciona tres poetas por los que no siente ninguna admiración, aunque reciban el “aplauso popular” (V, 517). No obstante, admite que los envidia por las mujeres que los adoran y que les proporcionan el apoyo emocional que necesitan para llenar el vacío de sus vidas personales (“Género y Narración en Aurora Leigh ,” 26: “Gender and Narration in Aurora Leigh ”, 26). Si Barrett Browning simplemente invirtiera estos roles de género, la figura de un hombre sumiso alteraría los códigos literarios de lo masculinamente aceptable y atractivo (“Género y Narración en Aurora Leigh ,” 21; “Gender and Narration in Aurora Leigh ”). Curiosamente Marian sí que parece hacer realidad algunos de los anhelos de Aurora. Pero, aunque Aurora se enorgullece de Marian como madre perfecta, en realidad ella no busca el desarrollo de ese tipo de cualidades, y decide, por el contrario, asumir el papel masculino de agente proveedor y protector.

En Grandes Esperanzas (Great Expectations), Pip crece con su sobreprotectora y sarcástica hermana. De manera similar, Aurora es criada por su sobreprotectora y sarcástica tía. No obstante, mientras que Pip acaba adoptando, de manera inconsciente, las creencias de su hermana, Aurora se revela contra los prejuicios de su tía. Podría decirse que, tal vez, con demasiado éxito. Del mismo modo en que Pip juzga a la gente por su dinero, Aurora juzga a las mujeres de forma peyorativa basándose en su feminidad. Inicialmente siente lástima por Marian, por sentirse tan dispuesta a hacer el trabajo de Romney, pero cuando se encuentra de nuevo con ella en París, descubre que Marian tiene el tipo de amor que Aurora tanto desea. Además, Aurora no puede formar parte de ese amor y debe contentarse con desempeñar el papel de protectora.

Aunque sus valoraciones de los otros no dependen de las opiniones de los demás, Aurora se juzga a sí misma únicamente de la manera en que la ve Romney. Él se convierte en un ejemplo del símbolo de la autoridad masculina. Cuando se encuentra con Aurora en el jardín haciendo de Corinne en el Capitolio, Romnney adapta la historia para sus propios fines y le dice:

Keep to the green wreath,
Since even dreaming of the stone and bronze
Brings headaches, pretty cousin, and defiles
The clean white morning dresses. [II, 93-96]

De esta manera Romney interpreta la posición de Aurora como la de una estatua y como si ella estuviese aspirando a parecerse a Corinne, una esposa que a él le parece más pintoresca, ignorando por completo el deseo de Aurora de posar como poetisa. Como observa Angela Leighton, “mantenerse quieta con una guirnalda es, de esta manera, transformado en una actitud que no es de un triunfo poético solitario, como se había imaginado Aurora, sino de un atractivo sexual y doméstico.” Poetisas Victorianas (Victorian Women Poets, 89). Buscando su aprobación, Aurora debe silenciar sus sentimientos hacia él una y otra vez para poder tenerlo a su lado según sus propias reglas. Aunque no será hasta el final cuando Aurora reconozca su amor por él, este amor resulta evidente en su desprecio por Lady Waldemar, una belleza de la alta sociedad que representa lo que a su tía le hubiera gustado que fuera Aurora. En el libro III, Aurora evita fríamente a Lady Waldemar (incluso se le ponen los pelos de punta al escucharla hablar de amor), hasta que menciona el inminente casamiento de Romney. Pero los sueños artísticos de Aurora le impiden asumir ese papel, pues sigue creyendo que para ganar poder debe renunciar a su feminidad victoriana. Se niega a casarse si no es por amor, como se dispone a hacerlo Marian, pero tampoco se casará si no cuenta con el respeto de su marido, como parece estar dispuesta a hacerlo Lady Waldemar.

No obstante, aunque Aurora nunca se convierte en una Marian o una Waldemar, en las escenas finales de Aurora Leigh vemos cómo consigue encontrar la armonía entre su feminidad y sus sueños artísticos. Anteriormente la habíamos visto etiquetar todas las expresiones de su feminidad como “débiles”. Sin embargo, cuando se encuentra de nuevo con Romney, consigue distinguir entre la feminidad de la sociedad que odia (y que está representada en Lady Waldemar) y la sincera y femenina expresión del amor (representada en la figura de Marian). De hecho, llega al extremo de exclamar: "Art is much, but Love is more. / O Art, my Art, thou'rt much, but Love is more!" (IX, 656-7) Cuando finalmente acepta a su pretendiente, descubre que todos sus éxitos se habían puesto en peligro al suprimir ese sentimiento amoroso

Passioned to exalt
The artist's instinct in me at the cost
Of putting down the woman's, I forgot
No perfect artist is developed here
From any imperfect woman. [IX, 645-49]

Romney, a su vez, admite que Aurora puede ser tanto la mujer como la poetisa, y es entonces cuando su amor se consuma. Y mientras que él, ahora ciego y sin poder, debe de renunciar a su orgullo masculino, Aurora renuncia a sus aspiraciones artísticas y declara que su jactancia anterior era estúpida.

I am changed since then, changed wholly - for indeed
If now you'd stoop so low to take my love
As men use common things with more behind
(And, in this, ever would be more behind)
To any mean and ordinary end —
The joy would set me like a star, in heaven,
So high up, I should shine because of height
And not of virtue. [IX, 673-81]


Creado 1996; traducido 11 julio de 2015