[Traducción de Montserrat Martínez García revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow.]

Durante las décadas de 1850 y de 1860, el descubrimiento de los signos del Apocalipsis en la historia británica contemporánea alcanzó una popularidad enorme. Según un artículo simpatizante con este tema, publicado en noviembre de 1859 en el periódico Times de Londres, aquellos que interpretaron el Libro de Daniel procedente del Antiguo Testamento y el Libro de la Revelación del Nuevo, se dividieron en tres grupos principales:

Este último grupo o escuela, que demostró ser con diferencia el más popular, conformó lo que Mary Wilson Carpenter describe como «una tradición exegética definidamente protestante que identificó al Papa con el Anticristo y que leyó el Apocalipsis como una historia simbólica cuyo acontecimiento principal fue la Reforma». A diferencia de los seguidores de la escuela histórica continua, sus herederos durante la mitad del periodo victoriano, demostraron ser política y socialmente reaccionarios, algo que sugiere que se refugiaron en el Apocalipsis en parte como una evasión de las sacudidas culturales victorianas, tales como los efectos de la Revolución Industrial, el Proyecto de reforma de 1832, la concesión de los derechos civiles a los judíos y a los católicos romanos, el desmantelamiento de la Iglesia anglicana de Irlanda, y otros cambios socio-políticos que parecieron amenazar los mismos cimientos de la sociedad británica. E. B. Elliott, uno de los intérpretes de mayor popularidad e influencia en este campo, publicó los cuatro volúmenes de Horae Apocalypticae en 1844 y posteriormente reeditó ediciones en 1846, 1847, 1850, y 1862. Según Elliott, el mundo terminaría o bien en 1865 o en 1866.

A diferencia de la tipología bíblica (biblical typology), otro modo extremadamente popular de interpretar la Escritura durante la era Victoriana, los apocalípticos tendieron a enfatizar no los hechos de la historia escrituraria, sino las aplicaciones directas de la profecía en la historia post-bíblica. Además, mientras la tipología servía como un vehículo mediador de la misericordia de Cristo ante los seres humanos, los apocalípticos centraron la atención en la venganza divina y en el terrible sufrimiento de aquellos cuya fe no era la adecuada.

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Bibliografía

Mary Carpenter y George P. Landow. «Revelaciones ambiguas: el Apocalipsis en la literatura victoriana», en El Apocalipsis en el pensamiento y la literatura inglesa renacentista.eds. C. A. Patrides y Joseph A. Wittreich. Manchester, Inglaterra: Manchester University Press, 1984; Itaca: Cornell University Press, 1984. 299-322.

Elliott, Edward Bishop. Horae Apocalypticae: o un comentario crítico e histórico sobre el Apocalipsis. Quinta edición. 4 vols. Londres, 1862.

Elliott, Edward Bishop. El final del tiempo . . . por un congregacionalista. Boston, 1856.


Modificado por última vez el 5 de octubre de 2004; traducido 14 de junio de 2011