[Tameca Jones escribió originalmente una versi�n de este ensayo para el doctor Jesse Airaudi, en “Development of the English Novel in the Nineteenth Century” [“Desarrollo de la novela inglesa en el Siglo diecinueve”], en la universidad de Baylor. Traducción de Xiana Sotelo revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow. En los títulos de las obras no traducidas al castellano, la traductora indica con la anotación “Nota del Traductor (N. T.)” entre paréntesis que la traducción de los mismos es obra suya. En caso contrario, la traductora se basa en las traducciones ya disponibles que figuran en el registro ISBN.]

Dorothea y su hermana Celia probablemente conocían desde pequeñas la existencia del pájaro dodo, el cual acabó extinguiéndose en el siglo diecisiete. Seguramente Celia pensaría que el nombre de su hermana tenía un divertido parecido fónico con esta ave extinguida. “Dodo”,pensó ella, ”puede ser mi nombre cariñoso para Dorothea” ”can be my term of endearment for Dorothea.” . Sólo podemos especular a cerca del origen del apodo de Dorothea en Middlemarchya que George Eliot no nos proporciona ninguna información al respecto. Afortunadamente, la historia de este pájaro está bien documentada, al igual que la vida ficticia de Dorothea, y la comparación entre ambos da lugar a un intrigante paralelismo con la vida enjaulada y sin capacidad para volar que caracteriza a las mujeres burguesas Victorianas.

El pájaro dodo vivió impasible en la isla de Mauricio en el Océano Indico durante tanto tiempo que acabó perdiendo la necesidad y la capacidad para volar. La mayor parte de las personas Victorianas acomodadas y con contactos (5), vivían aisladas en su pequeño microcosmo ajenos a las limitaciones y los males sociales, por lo que sus vidas podían entenderse metafóricamente como pequeñas islas aisladas del mundo. Confinada en una isla por la respetabilidad y la riqueza de su familia, Dorothea “ha sido educada [ . . . ] entre planes tanto estrechos como promiscuos, primero en una familia inglesa y después en una familia suiza en Lausana” [“educated . . . on plans at once narrow and promiscuous, first in an English family and afterwards in a Swiss family at Lausanne”] (6). Después de completar su educación, ella vive en la Hacienda Tipton en “una casa solariega tranquila, y asiste [s] a una iglesia de pueblo apenas más grande que un salón” “a quiet country-house, and attend[s] a village church hardly larger than a parlour.” (5) — la isla microcósmica de Dorotea desde un punto de vista físico se nos describe como “su mente era teórica, y anhelaba en su naturaleza alguna concepción alta del mundo que podría incluir a la parroquia de Tipton así como encontrar allí su lugar” “Her mind was theoretic, and yearned by its nature after some lofty conception of the world which might frankly include the parish of Tipton and her own rule of conduct there” . (6). Desde que el tío de Dorothea, el señor Brooke “temiese por el tipo de mujer que se convirtiese en la guia de sus sobrinas, Dorothea preside... [su] casa, y no le disgusta en absoluto ni su nueva autoridad ni el honor que eso suponia" “dread[s] so much the sort of superior woman likely to be available . . . to guide and companion to his nieces, Dorothea preside[s] over . . . [his] household, and did not at all dislike her new authority, with the homage that belonged to it.”

Al igual que la mayoría de las mujeres de clase media Victorianas, el “honor” de Dorothea quedaba restringido a la esfera doméstica. Ella no tenía ningún poder para efectuar los cambios que ella creía necesarios en la propiedad de su tío. Uno de esos cambios era la mejora de las sucias casas en que residían los arrendatarios de su tío:

“Pienso que merecemos que se arremeta contra nuestras hermosas casas con un látigo de pequeñas cuerdas — todos nosotros que dejamos a los arrendatarios vivos en tales pocilgas tal y como podemos observar alrededor de nosotros. La vida en estas casitas de campo podría ser más feliz que en las nuestras, si ellas fueran verdaderas casas adecuadas para seres humanos de quien esperamos deberes y afectos”

“I think we deserve to be beaten out of our beautiful houses with a scourge of small cords — all of us who let tenants live in such sties as we see round us. Life in cottages might be happier than ours, if they were real houses fit for human beings from whom we expect duties and affections.” [21]

El señor. Brooke explica apáticamente cómo la pobreza de sus arrendatarios es una cuestión de economía política mientras que Dorothea le mira impotentemente , deseando extender sus alas que no puede usar para poder cambiar la situación de los arrendatarios: “En el Sr. Brooke la herencia Puritana está claramente en desuso; pero en su sobrina Dorothea está presente tanto en sus fallos como virtudes, y su tío se vuelve impaciente en la conversación y zanja rápidamente el asunto” [“In Mr. Brooke the hereditary strain of Puritan energy [i]s clearly in abeyance; but in his niece Dorothea it glow[s] alike through faults and virtues, turning sometimes into impatience of her uncle's talk or his way of 'letting things be' on his estate” (6)]. Encarcelada en la jaula de su juventud, Dorothea se consuela dibujando las nuevas casas de campo que un futuro, cuando tenga edad y dinero, ayudará a construir.

El prejuicio inconsciente del señor Brooke hacia el sexo y la edad de Dorothea simboliza las limitaciones sociales que mantenían a la mayor parte de las mujeres Victorianas siempre “pensando en sus alas y sin poder volar” "thinking of [their] wings and never flying" (176).Cuando ella responde de una manera compasiva y humana ante la súplica del señor James Chettam, su tío arremete bruscamente contra sus sentimientos diciendo: “las jóvenes señoritas no entienden de economia politica” [“'Young ladies don't understand political economy” (11)]. Los argumentos que utiliza su tío para desacreditarle no hacen más que reforzar su opinión:

“El hecho es, que la razón humana puede llevarte un poco demasiado lejos — de hecho [ . . . ] Siempre he estado a favor [sic] de una pequeña teoría: debemos Pensar; sino volveremos de nuevo a los años oscuros” [“The fact is, human reason may carry you a little too far — over the hedge, in fact [ . . . ] I have always been in favour of a little theory: we must have Thought; else we shall be landed back in the dark ages.”]

Esta elocuente y profunda reflexión de Dorothea no proviene de ninguna �teoría� o �razón� basada en libros de texto. Su integridad y conciencia social representan la antítesis de la principal premisa de la economía política: “No es un pecado volverse pobre en la realización de experimentos para el bien de todos” “It is not a sin to make yourself poor in performing experiments for the good of all” . El señor Brooke otra vez vuelve a menospreciar a Dorothea cuando rechaza su oferta de ayudarle a organizar sus papeles, diciéndole que:“las señoritas son demasiado frívolas [ . . . ] para entrometerse con [ . . . ] documentos” "young ladies are too flighty [ . . . ] to meddle with [ . . . ] documents". (13). El adjetivo que usa para describir a las mujeres jóvenes está cargado de cinismo e ironía. Si hay alguien que sea realmente inconstante es el señor. Brooke un hombre que es de“carácter resignado, opiniones diversas, y voto incierto [ . . . ] Sus conclusiones son tan difíciles de predecir como el tiempo” [“acquiescent temper, miscellaneous opinions, and uncertain vote . . . conclusions [that] were as difficult to predict as the weather” (6)]. En este sentido, es bastante irónico que acuse hipócritamente a su sobrina de ser inconsistente cuando el apodo de Dorothea es dodo (los pájaros Dodos no podían volar). La impulsiva respuesta del señor Brooke demuestra como, aunque la mayor parte de mujeres tengan alas para volar, la sociedad Victoriana inconscientemente las encierra en jaulas sexistas desde que nacen hasta que mueren.

Cuando los marineros portugueses llegaron por primera vez a la isla Mauricio, los pájaros dodo, que nunca se habían enfrentado a ningún depredador, no tenían ningún miedo de ellos o sus animales. Pero los marineros comenzaron a cazar a los pájaros de la isla tanto como comida como deporte mientras los perros y los cerdos acabaron enseguida con todos los huevos De la misma manera que los pájaros dodo no eran conscientes de los peligros de los nuevos visitantes de su isla, Dorothea, en su tranquilo microcosmo y sin contar con el apoyo o el consejo de ninguna mujer, no es consciente de que la verdadera intención de señor James de casarse con ella y colgarla en la repisa como un trofeo:

She was open, ardent, and not in the least self-admiring; indeed, it was pretty to see how her imagination adorned her sister Celia with attractions altogether superior to her own, and if any gentleman appeared to come to the Grange from some other motive than that of seeing Mr. Brooke, she concluded he must be in love with Celia: Sir James Chettam for example, whom she constantly considered from Celia's point of view, inwardly debating whether it would be good for Celia to accept him. That he should be regarded as a suitor to herself would have seemed to her a ridiculous irrelevance. [7]

En la caza de esposa del señor James, Dorothea se hace notar: “Ella era a encantadora con él, pero por supuesto él teorizó [sic] un poco sobre su afecto” [“She was thoroughly charming to him, but of course he theorised [sic] a little about his attachment.”] Él trata a Dorothea como si fuera un juego, (317) y está dispuesto a rastrar el camino y dejar trampas para su presa — Una de las trampas que utiliza el es la de señor Jam es la de un predominio ilusorio: “En resumen él sintió estar enamorado como debía ser, y estaba listo para aguantar bastante control, que, después de todo, un hombre podría apartar de si mismo cuando quisiese. Sir James no tenía ni idea de que le pudisese llegar a gustar dejar que esta atractiva muchacha tuviese el control, y en cuya inteligencia se deleitaba” “In short, he felt himself to be in love in the right place, and was ready to endure a great deal of predominance, which, after all, a man could put down when he liked. Sir James had no idea that he should ever like to put down the predominance of this handsome girl, in whose cleverness he delighted” (14). Él persuade a Dorothea para que salga de su nido y se acerque más a la jaula de la domesticidad, dándole dinero para llevar a cabo los “generosos arreglos” en las casas de los arrendatarios que su tio le había denegado debido a su juventud:

Do you know, Lovegood was telling me yesterday that you had the best notion in the world of a plan for cottages — quite wonderful for a young lady, he thought. You had a real genus, to use his expression. He said you wanted Mr. Brooke to build a new set of cottages, but he seemed to think it hardly probable that your uncle would consent. Do you know, that is one of the things I wish to do — I mean, on my own estate. I should be so glad to carry out that plan of yours, if you would let me see it [ . . . ] But after all, it is worth doing. [20-21]

Tanto el depredador como la presa son desconocedores de los propósitos del otro. Sólo Celia, la hermana de Dorothea es capaz de ver que ambas partes utilizan "preconcepciones o confiadas o desconfiadas" "preconceptions either confident or distrustful" (14) que hace que se malinterpreten las acciones y las formas de ser de cada uno de ellos: “Celia estaba presente mientras los proyectos estaban siendo examinados, y observó la ilusión de Sir James. Él pensaba que Dodo se preocupa por él, pero a ella solo le interesan sus proyectos. Aún no estoy seguro de que ella le rechazase si creyese que le dejaría controlarlo todo y llevar a cabo toda sus ideas. �Y qué incómodo estaría Sir James! No soporta las ideas” “Celia was present while the plans were being examined, and observed Sir James's illusion. He thinks that Dodo cares about him, and she only cares about her plans. Yet I am not certain that she would refuse him if she thought he would let her manage everything and carry out all her notions. And how very uncomfortable Sir James would be! He cannot bear notions” (20). Una vez que su trofeo le rehuye, Sir James demuestra ser mejor que la mayoría de los hombres Victorianos: “Aunque Sir James fuese un cazador, tenía otros sentimientos hacia mujeres además de los de urogallo y zorro, y no consideraba a su futura esposa como una presa, valorada solo por lo excitante de la caza” “Although Sir James was a sportsman, he had some other feelings towards women than grouse and foxes, and did not regard his future wife in the light of prey, valuable chiefly for the excitements of the chase”. (40).

Confundiendo la falta de miedo con la falta de inteligencia, los marineros portugueses bautizaron a estas aves de la isla recién descubierta en la isla de Mauricio "dodo," en portugués "doudou", que significa "simplón". Cuando Edward Casaubon ve a Dorothea por primera vez, erróneamente cree que la inicial apreciación poco mundana hacia un hombre (22) le convertirá en una excelente compañera:

helpmate . . . [and] enable him to dispense with a hired secretary, an aid Mr. Casaubon had never yet employed and had a suspicious dread of. (Mr. Casaubon was nervously conscious that he was expected to manifest a powerful mind.) Providence, in its kindness, had supplied him with . . . [a] wife, a modest young lady, with the purely appreciative, unambitious abilities of her sex . . . sure to think her husband's mind powerful. [176]

Más que una compañera, Casaubon desea que Dorothea sea su sirvienta (167) y que se dedique a limpiar su “superficie de cristal del embarcadero de un extenso de acero pulido... que está minuciosamente rasguñado en todas las direcciones” — “pier-glass or extensive surface of polished steel . . . [that is] minutely and multitudinously scratched in all directions” . Cuando se aplica directamente a la vida y trabajos de Edward, la parábola del embarcadero de cristal ilumina las catacumbas de su esencia psicológica con sus abundantes rasguños:

[He] told her how he had undertaken to show (what indeed had been attempted before, but not with that thoroughness, justice of comparison, and effectiveness of arrangement at which Mr. Casaubon aimed) that all the mythical systems or erratic mythical fragments of the world were corruptions of a tradition originally revealed. Having once mastered the true position and taken a firm footing there, the vast field of mythical constructions became intelligible, nay, luminous with the reflected light of speedy correspondences. But to gather in this great harvest of truth was no light or speedy work. His notes already made a formidable range of volumes, but the crowning task would be to condense these voluminous still-accumulating results and bring them . . . to a fit little shelf. [16]

Los años de trabajo duro no han dado lugar más que a rasguños de tinta y papel y una vela a punto de consumirse. Con los vientos de una muerte que amenaza con extinguir su pequeña y vacilante llama, Edward necesita que Dorothea lleve su antorcha:

But it was clear enough to her that he would expect her to devote herself to sifting those mixed heaps of material, which were to be doubtful illustration of principles still more doubtful. . . . And now she pictured to herself the days, months, and years which she must spend in sorting what might be called shattered mummies, and fragments of tradition which was itself a mosaic wrought from crushed ruins — sorting them as food for a theory which was already withered in the birth like an elfin child. . . . She could understand well enough now why her husband had come to cling to her, as possible the only hope left that his labours would ever take a shape in which they could be given to the world. [297]

Si su marido no hubiera traicionado su confianza con el codicilo de su testamento, Dorothea habría permanecido presa en su tumba matrimonial. El paralelismo entre la vida de Dorothea y los pájaros dodo revela como la vida de las mujeres Victorianas transcurría dentro de unas pajareras construidas por una sociedad masculina y chovinista, que las mantenía oprimidas y sin poder volar. Intentando salvar de la extinción las almas, las pasiones y los talentos de las mujeres, George Eliot nos muestra las diferentes jaulas en las que vivió Dorothea, desde el frustrantemente mundo de la limitación en su niñez a la sofocante “tumba virtual” (295) de su matrimonio

Obras Citadas

Hornback, Bert G., ed. Middlemarch, a Norton Critical Edition. Second Edition. New York: W. W. Norton & Company, 2000.


George Eliot Middlemarch

traducido 20 julio 2010