[Traducción de Montserrat Martínez García revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow.]

El partido evangélico de la Iglesia de Inglaterra (Church of England) o Iglesia establecida, floreció entre 1789 y 1850, y durante ese tiempo dominó cada vez más muchos aspectos de la vida inglesa y, fue el responsable, junto con sus aliados disidentes o no-conformistas, de muchas de las actitudes hoy en día denominadas como «victorianas». Estos herederos de los puritanos del siglo XVII creían

Que los seres humanos son corruptos y necesitan que Cristo les salve — así ponían el énfasis en la moralidad y la rigidez puritana;

Que (en marcado contraste con los tractarianos de la Iglesia alta (High Church Tractarians), la jerarquía y el ritual de la Iglesia no son tan esenciales para la salvación individual como la conversión personal basada en una comprensión emocional e imaginativa tanto de la propia e innata depravación de uno como del sacrificio redentor de Cristo — así, ponían el énfasis en una concepción esencialmente romántico de la religión que recalcaba la imaginación, la intensidad y la emoción (emotion) y también en la Biblia, que proporcionaba tal experiencia imaginativa de las verdades de la religión. ¿Qué efectos intuyes que pudo tener el Evangelicalismo sobre la ficción? ¿Y sobre la poesía?;

Que los creyentes conversos deben demostrar su espiritualidad trabajando para otros — así el celo evangélico por el trabajo misionero, las sociedades bíblicas, los movimientos anti-esclavistas y muchas causas sociales;

Que los conversos sean perseguidos y que tal persecución indique la santidad del creyente (dado que Satán tiene mucho poder sobre el hombre y su mundo; véase el punto número 1, más arriba) — así la voluntad evangélica para hablar en nombre de las causas impopulares y, más bien inoportunando a muchos contemporáneos, asumir cualquier oposición política, social o religiosa como el martirio;

Que Dios organizó la historia y la Biblia, de la cual se defiende que cada palabra es literalmente verdadera, según los códigos y señales elaborados, particularmente en la tipología, un sistema elaborado de presentimientos (o anticipaciones) de Cristo en el Antiguo Testamento — así, el énfasis evangélico en el simbolismo complejo e integrado y en la interpretación elaborada de todo desde los fenómenos naturales y la historia contemporánea hasta las obras de arte y de literatura.

Materiales relacionados


Modificado por última vez el 12 de agosto de 2002; traducido 2 de noviembre de 2010