[Traducción de Montserrat Martínez García revisada y editada por Asun López-Varela. El diseño HTML, el formato, y los enlaces de George P. Landow.]

El movimiento puritano fue una amplia tendencia hacia un Protestantismo militante, bíblicamente basado en el Calvinismo, con un énfasis en la «purificación» de la Iglesia y de la sociedad de los restos de los rituales y dogmas «corruptos», «ajenos a las Escrituras» y «papistas» que se desarrollaron dentro de la Iglesia de Inglaterra (Church of England) durante la última parte del siglo XVI y principios del XVII. El Puritanismo emergió primero como una fuerza organizada en Inglaterra entre una serie de elementos como los presbiterianos, los independientes y los baptistas, por ejemplo, insatisfechos con los compromisos inherentes a los asentamientos religiosos llevados a cabo bajo la reina Isabel en 1559. Buscaban una reforma completa tanto en la vida religiosa como secular (complete reformation both of religious and of secular life) y defendieron, como consecuencia, los ataques dirigidos a la institución anglicana, el énfasis sobre una vida disciplinada y sagrada y las actividades energéticas y evangélicas que caracterizaron al movimiento. El ala presbiteriana (Presbyterian) del partido puritano fue finalmente derrotada en el parlamento y después de la supresión en 1583 de los ministros no conformistas, una minoría se desplazó separándose de la Iglesia para buscar refugio primero en los Países Bajos y posteriormente en Nueva Inglaterra (New England).

Hacia la década de 1660, el Puritanismo se estableció firmemente entre la aristocracia y la emergente clase media de la Inglaterra del sur y del este, y durante las guerras civiles, los puritanos llamados «cabezas redondas» lucharon por la causa parlamentaria y formaron la médula de las fuerzas de Cromwell durante el periodo de la Commonwealth. Después de 1646, sin embargo, el énfasis puritano sobre el individualismo y la conciencia individual posibilitó que el movimiento formara una Iglesia presbiteriana nacional y que para 1662, cuando la Iglesia anglicana fue restablecida, el Puritanismo se hubiera convertido en una confederación difusa de varias sectas disidentes. La presión creciente por la tolerancia religiosa dentro de la propia Gran Bretañ a fue hasta un grado considerable un legado del Puritanismo y su énfasis sobre la autodisciplina, el individualismo, la responsabilidad, el trabajo y el ascetismo fue también una influencia importante sobre los valores y actitudes de la emergente clase media.

Material relacionado


Modificado por última vez en 1988;
vínculo añ
adido por última vez el 29 de diciembre de 2009; traducido 2 de noviembre de 2010